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El Sevilla rota hacia adelante para concentrar su estrategia de ataque

El Sevilla FC está experimentando una transformación táctica que busca revitalizar su propuesta ofensiva. Tras temporadas en las que el equilibrio defensivo fue la prioridad, el club andaluz ahora gira su enfoque hacia un modelo de juego más vertical y concentrado en el último tercio del campo. Esta transición ha captado la atención tanto de analistas como de aficionados, quienes vuelven a ilusionarse con un Sevilla más ambicioso y directo. Los seguidores ya se identifican con esta nueva etapa, al punto de que la camiseta de fútbol barata del club se está convirtiendo en uno de los artículos más buscados en tiendas físicas y digitales.


El nuevo entrenador ha optado por una estructura más dinámica en el frente de ataque, utilizando una rotación frecuente entre los extremos y los mediapuntas. Este movimiento permite que jugadores como Ocampos, Lamela o Suso aparezcan en diferentes zonas del campo, dificultando el marcaje de las defensas rivales. Esta fluidez ha generado mayor creatividad ofensiva y un número creciente de ocasiones por partido.
Uno de los pilares de esta transformación ha sido Youssef En-Nesyri. El delantero marroquí no solo mantiene su instinto goleador, sino que también ha mejorado en su participación asociativa. Su capacidad para fijar defensores y abrir espacios ha sido clave para que los mediocampistas ofensivos puedan llegar con mayor claridad al área.
El mediocampo, liderado por Ivan Rakitić y Joan Jordán, ha adoptado un rol más proactivo. En lugar de limitarse a distribuir desde la base, se suman con frecuencia al ataque, buscando generar superioridades numéricas. Además, el joven Óliver Torres ha sido una pieza valiosa como conector entre líneas, aportando visión y precisión en los últimos metros.
El sistema defensivo no ha sido abandonado, sino adaptado. Con una línea de cuatro sólida, el equipo se mantiene compacto cuando pierde el balón y se reagrupa con rapidez. Los laterales, especialmente Jesús Navas y Marcos Acuña, continúan siendo vitales tanto en la fase defensiva como en la ofensiva, gracias a sus constantes proyecciones.
En este nuevo modelo, la presión alta también se ha convertido en una herramienta fundamental. El Sevilla presiona con intensidad desde la salida rival, forzando errores y recuperando el balón en zonas peligrosas. Este estilo más agresivo y ofensivo ha devuelto al equipo un carácter que muchos creían perdido tras las últimas temporadas de altibajos.
Si bien la temporada aún es joven, los indicios son prometedores. El Sevilla no solo busca competir en la liga local, sino también dejar huella en competiciones europeas. Con un plan más centrado en el ataque y un grupo comprometido con la idea, el club andaluz podría estar al inicio de una etapa emocionante que recupere la esencia competitiva que lo llevó a lo más alto en años recientes.